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Thursday, May 26, 2016

Los ‘Papeles’ M&F y el sistema financiero mundial


Este es el segundo artículo y último de una serie que se inició la semana pasada. Revisábamos una entrevista concedida por el profesor Michael Hudson, de la Universidad de Missouri (en Kansas), sobre el flujo de dólares de todo el mundo hacia EEUU. “Si usted echa un vistazo a las balanzas de pagos de los países que son llamados ‘paraísos fiscales’, fuera de EEUU, encontrará pasivos que se deben a EEUU. Si se detiene podrá ver la enorme cantidad de acciones norteamericanas, de bonos norteamericanos y de depósitos bancarios norteamericanos que vienen de esos llamados ‘paraísos’. Hudson concluye que es “la magnitud gigantesca de esos depósitos que mantiene a flote al dólar”.
El Congreso de EEUU maneja muy bien la lógica financiera. En la década de 1960 entendió que los delincuentes chicos y grandes y de todas las nacionalidades son la gente que dispone de la mayor liquidez en el mundo. Según Hudson, “esos delincuentes no quieren amarrar sus fortunas a propiedades. Las propiedades saltan a la vista, son de perfil alto, muy visibles. En cambio, las finanzas en la balanza de pagos se conocen como el invisible. Si usted es un delincuente, quiere que sus finanzas sean invisibles para poder mantenerlas a salvo. La inversión más segura es la compra de bonos del Tesoro de EEUU”.
Hudson afirma que el Congreso de EEUU “sabía que el grueso de los extranjeros tenedores de bonos del Tesoro eran delincuentes. Los congresistas concluyeron que necesitaban el dinero de los delincuentes, así que no legislaron para hacer retenciones y no gravaron fiscalmente a los tenedores de fortunas producto del crimen. Al contrario, convirtieron el crimen en una actividad libre de impuestos. Así fue que no se hacen preguntas sobre los activos de delincuentes camuflados en cuentas fiduciarias en los bancos norteamericanos”.
Hudson asegura que “fue bajo presión de EEUU que se configuró el actual sistema bancario internacional, a fin de facilitar el blanqueo de dinero procedente del capital acumulado en el tráfico de drogas. La causa de que norteamericanos y canadienses no figuren particularmente en los registros del buffete de Mossack y Fonseca (M&F) es que sus clientes no son norteamericanos”. El sistema fiscal panameño de territorialidad – que no le cobra impuestos a quienes desde Panamá hacen negocios en el extranjero - es considerado por Hudson  como “un robo legal a la hacienda pública”.
Hudson propone una solución al lavado de dinero: “Hay que gravar fiscalmente a las empresas de EEUU conforme a sus ingresos a escala planetaria. Si usted sabe que una compañía como Exxon ingresa a EEUU mil millones de dólares, se le aplica el gravamen no importa dónde declaran los ingresos”. El profesor de Economía tendría que agregar que, en el caso de Panamá, este país estaría obligado a cobrar impuestos a sus nacionales no importa donde están ubicados sus negocios.
EEUU y Panamá comparten un problema. Washington tendría que gravar fiscalmente a Apple por todos los ingresos que tiene en Irlanda, jurisdicción que le permite evadir los impuestos que le debe al fisco norteamericano. Según Hudson, esto provocaría un choque de intereses entre monopolios y gobierno. Algo parecido pasaría en Panamá, a otra escala. Para financiar el presupuesto nacional habría que comenzar a gravar las ganancias de panameños obtenidas en el exterior. Además, cobrar impuestos de herencia, de depósitos bancarios y de bienes raíces urbanos.
Hudson cree que no hay condiciones políticas en EEUU para lograr ese objetivo. Tampoco es probable que en las condiciones actuales se produzcan cambios en Panamá. “Washington podría perseguir al pequeño ‘mequetrefe’ que se cuela por los grandes sumideros fiscales creados por la industria petrolera hace un siglo. Pero es muy difícil perseguir a los pequeños evasores fiscales sin capturar a los peces gordos. Y los peces gordos son nada menos que las mayores empresas transnacionales de EEUU”.
Hudson concluye que “no se resolverá el problema del lavado de dinero ni del tráfico de ilícitos, porque EEUU quiere sostener el dólar por la vía de atraer hacia su sistema bancario todo el dinero de origen criminal”. Hudson asegura que “el conjunto del sistema financiero de EEUU se ha hecho criminal para poder subsidiar sus pesados presupuestos militares. Por un lado, financian su presupuesto militar lavando el dinero de la ‘clase criminal’ mundial. Por el otro, deja libres de impuestos a las grandes compañías transnacionales, desde Apple hasta Exxon. Es evidente”.

26 de mayo de 2016.                                                                                                          

Friday, May 20, 2016

Los ‘paraísos fiscales’ y los M&F Papers


Este es un primer artículo de un total de dos que pretende explicar mejor el funcionamiento de los ‘paraísos fiscales’. La divulgación de los ‘papeles’ de Mossack y Fonseca (M&F) está descubriendo mucho más de lo que la gente piensa. En una reciente entrevista, el economista norteamericano, Michael Hudson, explica cómo funcionan las lavadoras de dinero y el papel de centros financieros como Panamá. La entrevista que comentamos la hizo el periodista Sharmini Peries. Hudson es un profesor universitario y antiguo corredor de una firma en Wall Street.
Según Hudson, Panamá entra en el terreno del lavado de dinero hace casi cien años, prestándole servicios a la joven y pujante industria petrolera y derivados. “Lo descubrí hace cerca de 40 años, cuando estudiaba la balanza de pagos de la industria petrolera. Fui a Standard Oil, la empresa petrolera más grande del mundo en esa época, cuyo tesorero me mostró sus balances contables. Me dijo que ellos “le vendían el petróleo que compraban - en la Arabia Saudita o en el Medio Oriente - a precios muy baratos a empresas navieras registradas en Panamá o en Liberia. (A su vez, bajo la figura de la sociedad anónima) las compañías petroleras vendían el crudo a los distribuidores en EEUU o en Europa a precios altos, muy altos”. La diferencia se la embolsan los monopolios sin declararlo.
En Panamá no hay impuestos para las transacciones que ‘nacionales’ (por ejemplo, los barcos bajo bandera panameña) realizan fuera de su jurisdicción. Los grandes empresarios norteamericanos fueron pioneros en evadir el pago de los gravámenes. Los grandes monopolios petroleros y mineros evaden el pago bajo el manto de las sociedades anónimas que crean en los llamados paraísos fiscales.
Hudson también se refiere a otra trama para lavar dinero que se produjo durante la guerra de Vietnam. El problema que tenía Washington en la década de 1960 era el déficit de la balanza de pagos generado por el gasto militar. El Departamento de Estado propuso una idea para sanear el déficit militar. Consistía en convertir a EEUU en la nueva Suiza del mundo. “Se me pidió que calculara el volumen de capital criminal existente en el mundo. ¿Cuánto ganaban todos los delincuentes del planeta, cuánto dinero escondían los dictadores, los traficantes de drogas de todo el mundo, cuánto iba a parar a Suiza? Washington quería que las sucursales de los bancos transfirieran todo ese dinero a EEUU”.
Según Hudson, el gobierno de Washington desarrolló una estrategia con los bancos norteamericanos – con el Chase Manhattan a la cabeza – para que transfirieran todo el dinero sucio que tenían en sus sucursales en el mundo a EEUU. Washington, incluso, le pidió a Chase que creara un banco en Saigón, la entonces capital de Vietnam del Sur, para que el ejército norteamericano no tuviera que usar bancos franceses que repatriaban el dinero sucio a Francia. La conexión francesa fracasó porque el presidente De Gaulle convertía los dólares en oro, perjudicando a EEUU. Finalmente, Chase aceptó la propuesta de lavar dinero para el gobierno norteamericano.
Lo mismo ocurrió en el Caribe (las Islas Caimán y otras). Muchas islas habían sido colonias inglesas y su función principal era atraer hacia Inglaterra dinero sucio que circulaba por el mundo. Según Hudson, “se asociaron al Imperio, a fin de poder servir como intermediario del lavado de dinero. La idea era atraer todo ese dinero hacia EEUU o hacia su aliado, Gran Bretaña.
Es fácil seguir la pista de todo ese proceso que, en la actualidad, sigue vigente. Del dinero que administran las firmas de abogados en Panamá ni un centavo se queda en Panamá. Esos dineros no son sino pasivos de EEUU en Panamá o en otros centros bancarios.
Hudson explica que “la idea no es colocar directamente el dinero sucio en EEUU. ¿Qué hace un especulador o a un ladrón europeo o árabe que desea sacar de su país mil millones de dólares? Lo que no hará es ir directamente a un banco en los estados de Delaware o de Wyoming. Lo que tiene que hacer es primero lavar el dinero”.
Hay que pasar por numerosas etapas intermedias. Enviarán el dinero, pongamos por caso, a sociedades anónimas en el Caribe. De allí pasará a Panamá. Luego, de Panamá, ya bien escondido, irá finalmente a parar a una entidad de Delaware, EEUU.
La próxima semana continuará la segunda parte.

19 de mayo de 2016.

Thursday, May 12, 2016

Diógenes de la Rosa inaugura ciclo en la Universidad de Panamá


El próximo miércoles se iniciará en la Universidad de Panamá el ciclo de conversatorios sobre autores panameños del siglo XX. El ciclo tiene como objetivo analizar la producción de los escritores nacionales que buscaban nuevas alternativas para el desarrollo integral de la nación. Se examinarán sus contribuciones así como el impacto que tuvieron sus obras e ideas sobre el tejido social panameño. Se organizarán un total de 7 encuentros, entre mayo y noviembre de 2016.
En esta coyuntura en que el país cuestiona la capacidad de gobernanza de las clases dirigentes del país, es oportuno rescatar el pensamiento crítico del siglo pasado. El colapso institucional de las estructuras políticas y sociales que presenciamos en la actualidad tienen antecedentes. ¿Qué pensaban los panameños sobre los acontecimientos que sacudían los cimientos del orden social de aquella época?
Los siete autores seleccionados son una muestra de un conjunto de escritores que plasmaron su pensamiento crítico en libros, revistas y periódicos a lo largo de la centuria.
Todos los autores que serán examinados tienen en común que parten de una premisa que consiste en su pensamiento crítico. Sus contribuciones promovían el cambio tanto de las estructuras políticas y económicas del país, como de la manera de abordar los problemas que enfrentábamos los panameños. Se oponían a quienes sostenían la necesidad de conservar como guía de acción el pensamiento único.
Esta iniciativa es el producto de la colaboración entre la Biblioteca ‘Simón Bolívar’ de la Universidad de Panamá y el Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) “Justo Arosemena”. Las presentaciones se realizarán en la Biblioteca universitaria con la participación de dos analistas y un moderador. El público está invitado también a intervenir en las sesiones.
El ciclo de 7 conversatorios está organizado para darle a los universitarios y público, en general, una visión del país que tenían los promotores del pensamiento crítico en el siglo XX. Esta forma de abordar los problemas le permitió al pueblo panameño apropiarse de una ideología contestaría frente a la ocupación militar extranjera del istmo. De igual manera, generó entre los universitarios grupos de estudio que concebían otro país muy distinto al que existía.
Es importante subrayar que el pensamiento crítico estaba basado en la realidad social y se fundamentaba en estudios profundos del país. Los pensadores críticos del siglo XX plasmaron en sus obras la realidad del país, sus problemas y proponían caminos para superar esas situaciones. En la medida en que esa realidad cambiaba, producto de la nueva correlación de fuerzas sociales, renovaban los análisis y hacían las críticas y autocríticas de rigor.
La primera presentación, el miércoles, 18 de mayo, (6pm) enfocará el pensamiento crítico de Diógenes de la Rosa (1903-1998). Estará a cargo del profesor de Filosofía  Pedro Luis Prados y del sociólogo Florencio Díaz. Analizarán la obra de de la Rosa, hijo del arrabal de la capital panameña, polemista, brillante ensayista y un destacado político. Logró penetrar con su fino análisis las contradicciones que marcaron el siglo XX panameño. Saltó a la palestra durante las luchas del movimiento inquilinario (1925) y llegó a la Asamblea constituyente de 1945 con las ideas de avanzada social que quedaron plasmadas en el articulado de la Carta Magna. Se constituyó en la voz crítica de los regímenes liberales que se sucedían hasta el golpe militar de 1968.
En su adolescencia presenció las grandes huelgas de los obreros del Canal que rechazaban el maltrato de los administradores norteamericanos y los salarios de hambre. Criticó severamente las posiciones laboristas de los liberales y se sumó al movimiento internacional de los trabajadores que promovían la revolución socialista. Mantuvo una posición crítica frente a los liberales especuladores y apoyó de manera crítica a la naciente burguesía productiva panameña que promovía la política de industrialización basada en la sustitución de importaciones. Planteó con lucidez el dilema de la democracia panameña que enfrentaba una clase rentista que no permitía a la burguesía productiva asumir el liderazgo del país y una clase obrera dispuesta a construir su propia democracia proletaria.
Se sumó al grupo de asesores del general Torrijos en las negociaciones para recuperar la soberanía en la Zona del Canal en forma tardía. Siempre mantuvo su independencia y pensamiento crítico.
En el ciclo también se presentarán, a lo largo de 2016, los destacados pensadores críticos panameños como Roque Javier Laurenza, Camen A Miró, Humberto Ricord, Ricuarte Soler, Clara González y Aristeides Turpana.

11 de mayo de 2016.

Thursday, May 5, 2016

La ONU retrocede ante los carteles de las drogas


La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) celebró a mediados de abril una sesión especial (UNGASS, siglas en inglés) para tratar el tráfico ilegal de las drogas que se ha convertido en un problema global. El mundo esperaba una declaración de los gobiernos de los 193 países miembros de la ONU que pusiera en perspectiva algún tipo de solución o mitigación de la plaga que está atacando el mismo tejido social de países que van desde Colombia hasta EEUU, y desde Afganistán a México.
Según los analistas de las diferentes capitales mundiales, el UNGASS aprobó una resolución que deja intacto lo existente: la ‘guerra contra las drogas’, el desconocimiento de los problemas de salud que representa el problema y el desinterés en establecer estrategias reales para combatir la epidemia.
Desde 1961 el convenio de la ONU sobre las Drogas ha centrado su atención en la criminalización y la erradicación de las drogas. Sin embargo, hay suficiente evidencia que indica que esta política ha fracasado en reducir la producción y consume. Aún peor,  la política ha tenido repercusiones negativas sobre los derechos humanos, la salud y el desarrollo a escala global. ¿Qué explica esta obstinación con la ‘guerra contra las drogas’ y el rechazo de soluciones más realistas para contribuir al bienestar de una porción creciente de la población mundial?
Veamos dos ejemplos. En América latina los países andinos eran los productores principales de cocaína a fines del siglo pasado. Colombia seguía en importancia a Bolivia y Perú. Sin embargo, cuando Bolivia decidió poner fin a la producción para la exportación tuvo que expulsar del país a los agentes de la DEA de EEUU. La experiencia peruana fue similar.
En la década de 1980, Colombia producía el 10 por ciento de la cocaína que era exportada a EEUU. Sin embargo, cuando EEUU intervino militarmente en Colombia para acabar supuestamente con la producción de cocaína, el país se convirtió rápidamente en el exportador principal de la región. Según la ONU, Colombia produce el 90 por ciento de las hojas de coca, materia prima de la cocaína.
EEUU ha invertido más de 30 mil millones de dólares en el ‘Plan Colombia’ que consiste en la ‘Guerra contra las drogas’. Según cálculos del gobierno de Bogotá, han muerto 220 mil civiles y más de 5 millones de personas han sido desplazados por los efectos del conflicto armado.
En 2002 EEUU invadió Afganistán, en el centro asiático, para derrocar al gobierno de los Talibán (Estudiantes del Corán) que consideraba su enemigo. Los talibán habían erradicado el cultivo de la amapola promovido por los ‘Señores de la Guerra’ que lo antecedieron. Cuando las tropas norteamericanas ocuparon Afganistán lo primero que hizo Washington fue restablecer la producción industrial de la amapola para la exportación a EEUU.
Los efectos de esta producción de cocaína y heroína en Colombia y Afganistán, respectivamente, tiene dos efectos catastróficos para EEUU.
En primer lugar, las calles de sus ciudades son inundadas por drogas ilícitas que arruina la vida de los jóvenes, especialmente de esos reprimidos (llamadas ‘minorías’). EEUU tiene el 25 por ciento de las personas privadas de libertad en el mundo. La política carcelaria y la represión de los consumidores de drogas afectan sobre todo a la población reprimida (‘minorías). Aunque las personas de ascendencia europea (blancas) consumen cinco veces lo que consume la población negra, esta última tiene 10 veces más prisioneros por consumo de drogas.
En segundo lugar, genera rentas extraordinarias para los carteles bancarios que operan en ese país. Se calcula que EEUU concentra la mitad del circulante mundial que genera el tráfico ilícito anual de drogas que supera los 950 mil millones de dólares.
EEUU y Rusia encabezaron la oposición a la discusión en torno a la necesidad de reformular la política de la ONU. Panamá siguió la pauta sentada por las potencias mundiales y se abstuvo de presentar alternativas viables para poner fin al flagelo.
La Declaración final si incluye un llamado tibio a reducir las penas carcelarias asociadas con el consumo de drogas. Además, plantea la necesidad de aumentar los servicios de salud para los adictos.  Sin embargo, el Observatorio Global sobre las Drogas, con sede en Gran Bretaña, calificó al documento aprobado por la UNGASS como “una vergüenza, va en contra de la ciencia, la razón y la evidencia de varias décadas de esfuerzos inútiles”.

5 de mayo de 2016.

Sunday, May 1, 2016

EEUU: El paraíso fiscal por excelencia


Los medios de comunicación más poderosos del mundo no saben cuanto dinero sucio está escondido en los paraísos fiscales (incluyendo las jurisdicciones norteamericanas y británicas). Según The Economist, puede superar los 25 millones de millones de dólares.
Lo único que la revista londinense afirma como seguro es que la porción de EEUU tiende a crecer. En la actualidad es el imán más poderoso para atraer dinero de otras partes del mundo. Por un lado, porque ofrece las garantías que sólo la potencia mundial puede dar. Por el otro, porque ha desatado una campaña global contra todos los centros financieros que esconden dineros de procedencia dudosa. Hay un flujo de dinero hacia EEUU procedente de cuentas antes bien guardadas en Europa (Suiza) y el Caribe.
El periódico alemán Die Ziet, que compite con la Gaceta del Sur de Alemania, que reveló los archivos de que Mossack-Fonseca, asegura que EEUU se ha convertido en el nuevo paraíso fiscal que reemplazó a Suiza. Firmas como Mossak-Fonseca son pequeñas comparadas a los gigantes Rothchild y Trident Trust que compiten en EEUU por prestarle asesoría a quienes quieren esconder su dinero en ese país. “Negocios se hacen a través de sus subsidiarias que operan en estados como Dakota del Sur y Nevada que tienen leyes que respetan los secretos de las empresas y cuyos gerentes no hacen preguntas”, según The Economist.
Los paraísos fiscales en EEUU son muy apetecidos por quienes están evadiendo el pago de impuestos. Según la revista británica, los estados norteamericanos que se especializan en recibir dinero de procedencia dudosa no le interesa cooperar con las leyes de otros países. Incluso, los paraísos fiscales norteamericanos no consideran que la evasión de impuestos por parte de ciudadanos de otros países constituye una infracción. Se creen libres de cualquier insinuación de que sus operaciones de lavado de dinero son ilegales.
Los bancos europeos – igual que Mossack-Fonseca – que pierden sus clientes buscan socios en EEUU para abrir cuentas que beneficie a los dos operadores. Por ejemplo, los operadores suizos le recomiendan a sus clientes que cierren sus cuentas en el país alpino y abran otra en un banco norteamericano. El cliente transfiere su dinero de dudosa procedencia a EEUU y, al mismo tiempo, nombra al operador suizo como su asesor financiero. Para todos los efectos la cuenta es considerada por las autoridades de EEUU como norteamericana.
EEUU creó en 2010 una ley que requiere a los bancos en otros países a declarar los nombres y cuentas de sus clientes norteamericanos (FATCA). Washington somete a esas personas a declarar sus impuestos en EEUU aunque su dinero está en el extranjero o haya sido generado en negocios fuera de su jurisdicción. A pesar de tener este poderoso instrumento que desconoce fronteras e identifica a los norteamericanos, no importa donde estén, Washington no es recíproco.
EEUU no quiere reconocer el mecanismo que la OECD ha creado (CRS) que pretende crear cierta ‘transparencia’ en las operaciones financieras de sus países miembros. De paso, la OECD le impone sus reglas de ‘transparencia’ a los demás países del mundo, incluyendo a Panamá y Suiza. EEUU le ha informado oficialmente a la OECD que quiere suscribir el mecanismo de transparencia que presenta la CRS.
Sin embargo, Washington alega que es muy complicado y difícil sentar a los 50 estados miembros de la ‘Unión’ para redactar un reglamento común para todos. Obviamente, es una excusa muy débil para continuar con la política de atraer los millones de millones de dólares escondidos en paraísos fiscales fuera de EEUU. A diferencia de Panamá e, incluso, Suiza, el poderío económico y militar de EEUU puede doblarle el brazo a los miembros de la OECD. Las cuentas de dudosa procedencia del mundo entero, especialmente de los países más ricos, buscan refugio en EEUU donde las reglas de la CRS no se aplican.
Panamá pretendió también ignorar a la OECD y su mecanismo de control (CRS). Sin embargo, después del ‘affaire’ Mosack-Fonseca el gobierno del presidente Varela lo está reconsiderando. Las firmas panameñas que prestan servicios a los cuenta-habientes de todo el mundo están mirando hacia EEUU para ver como pueden emular a los suizos para no perder su clientela. La guerra financiera la está ganando, por ahora, EEUU. El premio no es más ni menos que los millones de millones de dólares que están escondidos en paraísos fiscales en todo el mundo.

28 de abril de 2016.